Josep Soler: "España es el único país donde una persona puede ofrecer asesoramiento financiero sin saber leer ni escribir"

2 miércoles, 21 de enero de 2015




Josep Soler fue uno de los cuatro fundadores de EFPA Europa en el año 2000, junto a sus colegas de Holanda, Alemania y Dinamarca. Es la segunda vez que es presidente de la asociación y en esta entrevista nos explica cómo funciona, así como su visión del mercado.


Rafael Sierra, director de elAsesorFinanciero.com


¿Podría resumirnos cuál es la realidad de EFPA?
EFPA es una entidad horizontal, que quiere cubrir todas las funciones que genera el asesoramiento financiero a las familias. Desde el asesor independiente, que algunos países está regulado y en otros no, hasta empleados de banca; agentes de banca; mediadores de seguros, etc. En cualquier función, queremos certificar los estándares de calidad de la profesión. Nuestro esquema de certificaciones tiene una estructura triangular. En la cúspide está el EFP, que poseen unos 350 profesionales españoles y que se corresponde con la capacidad de asesoramiento integral, incluyendo temas fiscales, hereditarios, inversiones no puramente financieras, seguros, inversiones alternativas, inmobiliarias, etc. Además, como se trata de un asesoramiento complejo también aborda el asesoramiento empresarial de la persona. La mayor parte trabaja en banca privada sofisticada, family offices, etc. En un segundo plano está el EFA, que certifica a 11.200 profesionales y que nos encontramos en más sitios: agentes bancarios, corredores de seguros que se abren al sector financiero, EAFI, etc. Por tanto, tenemos 11.500 asociados, que han obtenido la certificación y no la han perdido.
¿Cómo puede perderse la certificación EFPA?
Hay titulaciones académicas y profesionales que no se pierden nunca. Pero nuestras certificaciones tienen una exigencia de formación continua EFPA certifica que en un momento un profesional tiene unos conocimientos y está capacitado para ejercer la profesión. Ninguna titulación que tenga un profesional garantiza al regulador, a las entidades o a los clientes, que posee conocimientos y aptitudes actualizadas. En cambio, la certificación es una garantía de conocimiento actualizado. Si se quiere renovar la certificación, se tiene que demostrar se mantienen en el tiempo esos conocimientos. Cada dos años, los asociados deben realizar 35 horas de formación sobre temas relevantes de la profesión. También hay bajas voluntarias o por impago de cuotas. Y finalmente, puede perderse si se demuestra que se ha incumplido nuestro Código Ético.
¿Han tenido muchas bajas por los escándalos que en los últimos años ha sufrido el sector financiero?
La mayor parte de los escándalos se han debido a la actuación de las entidades no de las personas que trabajan en ellas. No damos de baja a un profesional simplemente por una denuncia. Debe demostrarse que ha incumplido el Código Ético, lo cual no es fácil, pero sí hemos tenido algunas bajas por este motivo y quizás deberíamos haber tenido más. La esencia de la certificación EFPA es que es un compromiso personal que debe ganarse en el tiempo.
¿Cree que la profesión de asesor financiero debe tener una mayor regulación en España?
España es el único país de Europa donde puedes dar consejos financieros importantes sin saber leer ni escribir, en temas tan relevantes como tu patrimonio o tu jubilación. Por supuesto que hemos planteado este problema a la Administración. La norma europea actual y sobre todo la que viene insiste en que los distribuidores financieros y de seguros deben cumplir unos estándares de capacidad profesional. Creo que la CNMV lo tiene bastante claro y en seguros está más regulado.
¿Cómo valora la figura de la EAFI?



Tal y como está ahora, no creo que esta figura esté convenientemente definida, ya que puede ser al mismo tiempo y con la misma marca asesor independiente o dependiente, que unas veces cobra retrocesiones y otras no. Necesita de una regulación clara. Al principio, la normativa pretendía que fuera únicamente independiente, pero con la excusa de que al mercado le costaba pagar y con esa especie de pesimismo histórico en España que dice que nadie pagará por ser asesorado, se reguló una figura muy poco matizada. Creo que esa es la razón por la que no ha dado el salto que tendría que haber dado. Si realmente quieren ser la élite del asesoramiento financiero, deben como mínimo autoregularse.
En el sector se habla mucho de “sobreregulación” ¿qué opina?
Puede que a nivel de entidades se exija mucho en cuanto a capitales para ejercer, pero en distribución hasta ahora teníamos mucha regulación pero mala y mal implementada; y escasa en cuanto a atención al cliente final. La normativa de protección al cliente ni era excesiva ni creo que vaya a ser excesiva; y al final el gran perjudicado es el cliente. No ha funcionado bien la protección del cliente, aunque hayan quebrado entidades o las hayamos tenido que salvar entre todos. La MiFID II supone un salto a la transparencia, a la solución de posibles conflictos de intereses, a explicar cómo se cobran los servicios y si realmente se es independiente.
¿Qué opina de la prohibición de las retrocesiones?
La MiFID sólo prohíbe las retrocesiones para los independientes, pero se pueden seguir cobrando si eres de una red de un banco o un agente. Lo importante es la transparencia: Un asesor que solo cobre retrocesiones tendrá que explicárselo claramente al cliente. Si el cliente no está dispuesto a pagar honorarios profesionales al asesor, podrá obtener otras formas de asesoramiento.
¿Considera que esta prohibición reducirá el número de asesores independientes como ha ocurrido en Reino Unido con la RDR?
En realidad, no ha sido así. En Reino Unido, el 60% de la distribución estaba en manos de asesores que se llamaban independientes pero que en realmente no lo eran. Lo importante es explicar la verdad y en Reino Unido no eran independientes. En España, existe esta cosa extraña que es la EAFI, que unas se declaran independientes y otras no; esto se debe aclarar. Estamos a favor de que el mercado sea cada vez más transparente, más claro, con menos conflictos de intereses, que no haya misterios raros, y, sobre todo, que haya oportunidades para todos y que el asesoramiento sea de calidad, ya sea dependiente o independiente.
¿Podría el asesoramiento independiente quedar relegado sólo a los grandes patrimonios?
El asesoramiento complejo será siempre para una minoría porque no está al alcance de cualquiera, pero no puede decirse que el único asesoramiento sea el independiente, tú puedes recibir asesoramiento muy digno por un profesional dependiente de una entidad. Aspiro a un asesoramiento de calidad que aconseje al cliente y le dedique suficiente tiempo para conocer su situación y patrimonio, al margen de la independencia. En cualquier caso, lo importante es aumentar la educación financiera de los españoles en la escuela y en su profesión, que las personas sepan que esto es muy importante. Estamos a la cola de Europa en este aspecto y todos debemos hacer un esfuerzo. EFPA participa activamente en este proceso educativo y, en Cataluña, ya desarrollamos un proyecto que llega al 30% de alumnos de 4ª de ESO y que queremos extender a otras Comunidades Autónomas. Queremos que el cliente sepa buscar su asesoramiento y que entre en nuestra web para ver si su asesor tiene nuestra certificación.
¿Cómo valoraría la formación del asesor financiero español respecto a sus colegas europeos?
En realidad, el asesoramiento financiero en España sólo ha estado presente hasta hace 20 años en un segmento muy pequeño de la población, pero desde entonces ha crecido bastante gracias a la banca privada especializada; redes de seguros de vida; redes bancarias Hasta llegar a un momento en que incluso las redes retail de los grandes bancos se lanzaron a asesorar patrimonios. Evidentemente cada una de estas redes ha ofrecido un nivel de servicio diferente, pero es innegable el crecimiento. El nivel general no es muy sofisticado, pero se ha hecho mucho esfuerzo, primero para ofrecer el servicio a más clientes, intentando que la distribución no fuera venta pura con objetivos a corto plazo, y por dar más calidad asesorando. Desgraciadamente, algunas entidades y redes cayeron por su obcecación en la venta pura, lo que ha mermado la confianza del cliente en el mercado. Quiero entender que esta situación nos lleva a una situación de mucho más consenso en el sector para hacer las cosas bien, que no es otra cosa que recuperar las bases del negocio bancario, basado en la confianza entre cliente y profesional, porque la gestión del patrimonio o la jubilación de las personas exige un nivel de compromiso muy importante, donde no debe haber conflictos de intereses.
Las nuevas normas exigen que se dé al cliente mucha documentación, que algunos creen excesiva, ¿comparte esa opinión?
No entiendo que se hable de “sobreinformación”, lo importante no es la cantidad de información, es que esté ordenada, con letra legible, índice con negritas, resumen ejecutivo, bien estructurada y que separe el grano de la paja. Ahora hay una distancia tremenda entre la realidad de las entidades y la del cliente, por tanto debemos despertar. Incluso la AEB dice ya que la prioridad del sector es recuperar la confianza, porque hay un grave problema reputacional. En EFPA, estamos preparados para apoyar la recuperación de la confianza, gracias a nuestros 4.000 exámenes anuales, que suponen 200 horas de formación cada uno, lo que equivale a 800.000 horas de formación. A ello sumamos otras 200.000 horas de formación continua. Es una aportación interesante, aunque debería llegar a los 150.000 profesionales del sector.
¿Cree que la nueva regulación hará que el mercado tienda a crear productos más sencillos?

Siempre habrá productos complejos, pero que se deberían dirigir sólo a inversores muy profesionales o a “kamikazes”. Al final, si una persona está bien informada, la comunicación del producto es correcta, y no hay conflicto de intereses, cualquiera debe poder invertir en cualquier producto, incluso asumiendo riesgos. No obstante, ya no haya grandes campañas de productos complejos para el público en general como ha habido hasta ahora.
¿Cómo valora la labor supervisora de la CNMV?
El primer problema es que la CNMV no cubre todos los aspectos y tiene que compartir la supervisión con el Banco de España y la DGSFP. Deberíamos caminar hacia un sistema de supervisión “twin peaks”, en el que la supervisión prudencial estuviera en manos de un supervisor y la distribución completa en manos de la CNMV. Otro problema que ha tenido es que está infradotada de medios para el control del mercado. Al margen de esto, quizás también debamos reconocerle algún error a lo largo de la crisis.
¿Apoya la regulación de comisiones máximas en los productos?
De forma transitoria si; a la larga, cuando el consumidor haya adquirido un mínimo conocimiento financiero, no deberían ser necesarias.
¿Qué planes de expansión internacional tiene EFPA?
En Europa, queremos abrir delegación de Portugal, donde ya hemos hecho exámenes a través de EFPA España. También implantarnos en los países Bálticos y Rusia. Fuera de Europa, es posible que en 2015 estemos en Túnez y en algún país asiático. Para Latinoamérica, hemos adaptado nuestras certificaciones creando IFP e IFA, equivalentes al EFP y EFA. Ya operamos en México, Panamá y Uruguay, y es posible que este año entremos en Colombia y Argentina. Al margen de la expansión territorial, tenemos otros proyectos internacionales, como el fomento de la comunicación en medios, para difundir nuestra opinión sobre la MiFID II; realizar una encuesta europea de asesores y sus clientes, que compare diferentes realidades en los países, y el proyecto “Voice of the Market”, donde hemos entrevistado a 45 personalidades importantes del sector financiero y asegurador europeo sobre su visión de la asesoría financiera y que difundiremos a través de comunicación y eventos.




miércoles, 21 de enero de 2015

Comparte esto

Artículos relacionados

Siguiente
«Anterior
Anterior
Siguiente »